sábado, 14 de diciembre de 2013

Su marco natural nunca había sido el paisaje sino el prójimo, con sus histerias y miserias, con sus enigmas y sorpresas. Hasta demostración de lo contrario siempre apostaba por la bondad y sus lealtades anexas. [...] Era un filatelista de gestos imborrables, de fidelidades mínimas, de invisibles solidaridades.
[No era rocío, M. Benedetti]

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