domingo, 26 de junio de 2011

Te explico que un niño cruzó el universo montado en un burro con alas de plata buscando una estrella llamada Renata que bailaba salsa con un asteroide llamado Julián Rodríguez de Malta, engreído, traidor y forajido. Conocido bandido en la vía láctea por vender estrellas independientes a multinacionales semiespaciales.
- La vida está llena de cosas sin explicación. ¿Quieres una explicación a eso?
-Sí
- Puede que no la tenga
- Puede

sábado, 25 de junio de 2011

Al raro de tu hermano se le metió esa historia tan dentro que se ha hecho piloto.
Lo que no sabemos es dónde trabaja pero bueno, que más da... estará en las nubes, como siempre.

Otto el piloto, claro que sí.
Ser tiempo en la distancia.
La luz de la mañana, la ciudad despierta a cámara lenta.
Despertadores y cafeteras suenan.

viernes, 24 de junio de 2011

martes, 21 de junio de 2011

No soporto a los que dicen la letra con sangre entra.
Con la sangre yo no pienso negociar.
De arena, de cal,
de lo que soy,
de lo que esto va,
de la ciudad,
de lo que es, de lo que hay.

lunes, 20 de junio de 2011

jueves, 9 de junio de 2011

¿Qué te parece que hoy comencemos el cuento por el final?
¿Qué te parece desvelemos detalles de la verdad?
[La bruja era guapa,
el lobo era bueno...]

martes, 7 de junio de 2011

Causando estragos en el fondo del mar.
Francamente, nos vendrá mejor pensar que irá estupendamente y hacerle frente.

¡Ey! Repite conmigo, sí
Irá estupendamente, sí.
Estupendamente.

lunes, 6 de junio de 2011

Cambiaría el más bello atardecer del mundo por una sola visión de la silueta de Nueva York. Particularmente cuando no se pueden ver los detalles, sólo las formas. Las formas y el pensamiento que las hizo. El cielo de Nueva York y la voluntad del hombre hecha visible.
[El manantial, Ayn Rand]
Río, luna y libertad.
Miranfú.
Todo eso que cuentas entre risas y cervezas...

sábado, 4 de junio de 2011

Sólo ocurre algunas veces cuando la arena de tu casa se funde con el mar de mi ventana.

miércoles, 1 de junio de 2011

Perdiste el norte justo en el sur.
Había una vez cuatro conejitos que se llamaban Pelusa, Pitusa, Colita de Algodón y Perico.
[El cuento de Perico el conejo travieso, Beatrix Potter]