domingo, 31 de marzo de 2013

Mi niño no quiere comer, dice que no le hace falta, que con el agua, el aire y el sol a él le basta.
Mi niño no quiere dormir, dice que no necesita cerrar los ojos para soñar cosas bonitas.
La emoción cuadró su rumbo.
La ilusión cumplió sus cuentas.

martes, 26 de marzo de 2013

De nuestros miedos nacen nuestros corajes
y en nuestras dudas viven nuestras certezas.
Los sueños anuncian otra realidad posible
y los delirios otra razón.
En los extravios nos esperan hallazgos,
porque es preciso perderse para volver a encontrarse.
[Entre el Miedo y el Coraje, Eduardo Galeano]

lunes, 25 de marzo de 2013

Cada existencia tiene sus vaivenes, que es como decir sus pormenores. El tiempo es como el viento, empuja y genera cambios. De pronto nos sentimos prisioneros de una circunstancia que no buscamos sino que nos buscó. Y para liberarnos de esa gayola es imprescindible pensar y sentir hacia dentro, con una suerte de taladro llamado meditación. De pormenor en pormenor vamos descubriendo el exterior y la intimidad, digamos el milímetro de universo que nos tocó en suerte. Y sólo entonces, cuando encontramos al muchacho o al vejestorio que lleva nuestro nombre, sólo entonces los pormenores suelen convertirse en pormayores.
[Vaivenes, Mario Benedetti]

viernes, 22 de marzo de 2013

martes, 19 de marzo de 2013

Un poco de locura, un algo de poesía y una gota de vino de la melancolía.
[Retratos, Antonio Machado]

domingo, 17 de marzo de 2013

¿Cuánto tiempo ha pasado desde los primero errores, del interrogante en tu mirada?.
La ciudad gritaba y maldecía nuestros nombres. Jóvenes promesas. No, no teníamos nada.
Agárrate de mi mano que tengo miedo del futuro-
y detrás de cada huida estabas tú.

viernes, 15 de marzo de 2013

Las lágrimas me subían a los ojos, y no eran lágrimas de pesar, ni de alegría; eran de plenitud, de vida silenciosa y oculta, por estar en Granada.
[Miguel de Unamuno]
Qué bonito cuando te veo, ay!. Qué bonito cuando te siento. Qué bonito pensar que estás aquí, junto a mí. Qué bonito cuando me hablas, ay!. Qué bonito cuando te callas.
Que bonito sería poder volar y a tu lado ponerme yo a cantar, como siempre lo hacíamos los dos.

jueves, 14 de marzo de 2013

Es bueno de vez en cuando tener delirios. Vienen con su poquito de locura, de enajenación, pero no importa. En ciertas fases nos hacen perder el tino, quizás porque el tino suele ser tedioso. Los delirios nos sacan del mundo cotidiano, nos arrojan en brazos de la desmemoria, y así, sin la menor prevención disfrutamos del olvido. Por una vez (¡y qué excepción!) saltamos por encima de la valla llamada horizonte y nos abrazamos con otros delirantes que nos inventan nombres y destinos. Los delirantes pasamos al lado de la muerte y le hacemos un guiño. Nos movemos como si fuéramos eternos, sin tomar precauciones, más o menos sonámbulos, festejando los rayos y los truenos, y mirando a través de la lluvia. Los delirios son premios, vida entre paréntesis, pero cuando el paréntesis se cierra y regresamos a lo cotidiano, a lo cabal, a lo de siempre, sentimos entre pecho y espalda una aguda nostalgia del delirio.
[Delirios, Mario Benedetti]
Y tú y yo inmóviles y en torno a nosotros giraban colores, pasaban horas, rostros. Pero nada de ésto era importante - así que háblame de ti y no pares- apenas te dejaba la música con su metralla - cuéntame cómo era todo antes.

martes, 5 de marzo de 2013

Por las calles de un Madrid lleno de frío.
¿Dónde empieza y dónde acabará el destino que nos une y que nos separará?.
En la calle pasábamos las horas.
Por encima de todas las cosas.