Sus manos se ahuecan para buscar y encontrar los pechos de ella, que al mero contacto lucen, se renuevan. Entonces, él dice o piensa: "
No es que carezca de sentido de culpa, pero la verdad es que no me atormento. Las sensaciones llegan y se van, son aves migratorias, y cuando vuelves, si vuelven, ya no son las mismas. Se fueron frescas, espontáneas, recién nacidas y regresan maduras, inevitablemente programadas".
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