- No sé. No creas que es tan simple.
A lo mejor mi cabeza te haría reproches, pero creo que mi vientre te querría igual. ¿Sabés una cosa? Mi cabeza puede atenerse a principios, y hasta asumir compromisos. Pero para mi vientre vos sos mi único compromiso. Lo que pasa es que es un
vientre leal ¿no crees?. [...]
Y la volvió a abrazar. Esta vez sin otra intención que saberla cerca, y sentir de paso la lealtad de aquel vientre.
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