Mariafa: MTQPN.

Estoy donde estoy. ¿Qué es este exilio sino otro comienzo? Todo comienzo es joven. Y yo, viejo recomenzante, rejuvenezco.
[Primavera con una esquina rota, M.Benedetti]

Y él armó de nuevo su refugio provisional con apariencia de definitivo.

[Ausencias, M.Benedetti]

Entonces abrí el bolso de los viajes cortos (aunque sabía que éste iba a ser largo) y empecé a meter en él recuerdos al azar, objetos insignificantes pero entrañables, imágenes sintéticas de lo feliz, letras que juntándose narraban sufrimientos, últimos abrazos en la primera frontera, atardeceres sin ángelus y con tableteos, sonrisas que habían sido muecas y viceversa, desvanecimientos y corajes, en fin, una antología de la hojarasca que el viento de la costumbre no había conseguido borrar de la faz de la guerra.
[Bolso de viajes cortos, M. Benedetti]

Tormentas de un huracán que avecina cambios,
mochila cargada a la espalda pa´ caminar.

Se entiende que nunca es fácil abrir camino
pero la marcha más larga con un paso ha de empezar.
Cuidao con la chispa pequeña que es la que prende la mecha
se contagia deprisa, no avisa y no va a parar.

Sembrar ilusiones y verlas crecer,

pasito a paso, tranquilita y acompasando.

Macanudo.

Prometiéndose a sí mismo no hacer demasiadas locuras...

ni tampoco demasiadas sensateces.

Como si hubiéramos congelado la nostalgia y no nos atreviéramos a cotejarla con las nuevas realidades.

Besos y besos de mi boca débil en tu boca fuerte, todos de tu Rita.

¿y qué vamos a hacer con este amor si no puedo tocarte?

Y en cinco minutos se me aclaró todo. En cinco minutos desaparecieron todos los escrúpulos: voy a casarme. Más que todos los argumentos que yo mismo me había venido haciendo, más que todas las conversaciones con ella, más que todo eso lo que vale es esta ausencia. Que acostumbrado estoy a ella, a su presencia.

Para no incumplir promesas lo mejor es no hacerlas.

Es una lástima que no pueda contestar que no digas locuras porque en los ojos te veo que hablas terriblemente en serio y también es una lástima que no pueda decirte mirá conmigo no va la cosa, porque conmigo va. 

El 7 de junio la besé y a la noche escribí: "Mañana pensaré. Ahora estoy cansado. También podría decir feliz. Pero estoy demasiado alerta como para sentirme totalmente feliz. Alerta ante mí mismo, ante la suerte, ante ese único futuro tangible que se llama mañana. Alerta, es decir: desconfiado".

Sin embargo, ¿de qué me sirvió esa desconfianza?.

Porque es amor, Santiago, y no una aventurita,

esto es lo bueno y lo jodido.

Te pedí que fueras mi mujer... 

....aunque con anillos de cordel.

Cuba.

No mide el peligro- me dije-. Nunca tiene ni hambre ni sed. Un poco de sol le basta...
[El principito, Saint-Exupéry]

El astutísimo Neruda preguntaba en una de sus odas "ahora primavera dime, para qué sirves y a quién sirves". Suerte que me acordé. ¿Para qué sirves?, yo diría que para rescatarlo a uno de cualquier pozo, la sola palabra es como un ritual de juventud. ¿Y a quién sirves?, bueno, mi modesta impresión es que servís a la vida, por ejemplo, pronuncio simplemente primavera y me siento viable, animoso, viviente...
[Primavera con una esquina rota, M.Benedetti]

Y no le dije adiós sino cuídate
pero los dos sabíamos que no se iba a cuidar.
[Zelmar, M.Benedetti]

¿Cómo acoplar el horror
ante la nada que vendrá
con la invasora alegría
del amor provisional
y verdadero?

¿Será que el hombre es eso?

¿Esa batalla?

[Esa batalla, M.benedetti]

Aquí todos tenemos miedo.
Nos asustan los cambios.
Nos asusta quedarnos igual
[La historia del loco, John Katzenbach]

Te libero de mi tonto interés
de saber cada día más de ti;
de los abrazos vespertinos.
Te libero de mi absurda manía de tocarte.
Te dejo libre de mi costumbre de preguntar
¿cómo estas? ¿qué te hace falta? ¿qué necesitas?
Estás libre por fin de mis bromas tontas,
de mi risa escandalosamente sonora a todas horas;
libre de mi mirada que absorta te contemplaba.
Libre de mis lágrimas infantiles.
[Vicky Arizpe B.]

Tú no sabes a que me sabe el café contigo...

Me sabe a tanto y tan diferente.

Me sabe a memoria y a un instante,

me sabe a tus libros y a mis películas, 

a tus clases de teatro y a mis poemas.

Tú no sabes cuánto me gusta el café, la charla y más si es contigo,
Tú no sabes cuánto odio el café cuando te marchas.

Hay cosas que, por el contrario, se rompen más cuando nadie las toca...

como los corazones, por ejemplo.

Tristemente puesta en pie acaricias con los dedos la esperanza muerta.
La torpeza y la vergüenza.

Y lamentas con miradas lo que no se puede ni explicar,

[De este amor impuro y agotado 

enfermo y delicado 

pequeño y despistado que 

se apaga]

Una vez más hoy me pregunto: "¿la amo?", y una vez más no sé qué contestarme. O más bien por centésima vez me he contestado que la odiaba. Sí, me era odiosa. Hubo momentos - al terminar cada una de nuestras entrevistas- en que hubiese dado la mitad de mi vida por estrangularla. De haber sido posible hundirle un puñal en el pecho, creo que lo habría hecho con placer.
Y, sin embargo, palabra de honor, si en el Schlangenberg, en aquella cima de moda, me hubiera, efectivamente, dicho: "Tírese abajo de cabeza", me habría lanzado inmediatamente, incluso con satisfacción.
[El jugador, F.Dostoievsky]

Si vienes, por ejemplo, a las cuatro de la tarde, a partir de las tres empezaré a ser feliz. A medida que se acerque la hora me sentiré más feliz.
[El Principito, Saint-Exupéry]

Y me dices que una vida sin valentía es un infinito camino de vuelta.

Te gusta mi libertad
y a mí me gusta sentirme libre a tu lado;
me gusta tu verdad
y a ti te gusta volverte cierta a mi lado.

Te miro y te contesto:

"Me gustan tanto los hoy,

como miedo me dan los mañana"

Por fin, Saint-Exupéry se sentía realizado. desde Dakar escribía a su madre:

"Estoy bien y soy feliz".

Y hasta tu risa es bonita, muy distinta a las demás.

Yo me parto la camisa como Camarón.

2015: