La
sencillez es un de las virtudes más complicadas de este viejo mundo. Cuando uno es sencillo (en su habla, en sus actos, incluso en su poesía) corre el incómodo riesgo de ser tomado por
tonto. [...]
En la sencillez, los hombres y las mujeres se amparan, se comprenden, se alivian. En la complejidad, en cambio, se ven con desconfianza y con rencores.
[Sobre sencillez, Mario Benedetti]